CHETUMAL, QR.- El Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable (Sedetus), incumplió de nueva cuenta en la construcción de su vivienda que pagaron hace cuatro años habitantes de seis comunidades.

Se trata de un promedio de 140 familias que pagaron 27 mil pesos por obtener una casa del programa “Vivienda Digna”.

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El convenio señala que con dicha cantidad les sería entregado su patrimonio, pues los  gobiernos del estado y federal aplicarían un subsidio por una cantidad similar.

Las casas luego de cuatro años no están concluidas y la mayoría a medias, por ello exigen sean terminadas y entregadas, tal y como establece el programa.

En este programa resultaron beneficiados familias de las comunidades de:

  • Nachicocom
  • Sergio Butrón Casas
  • Tres Garantías
  • Juan Sarabia
  • Cacao
  • Xulhá

Han realizado diversas manifestaciones, la última fue el pasado 25 de mayo por parte de una comitiva de aproximadamente 30 personas y en las instalaciones de la Sedetus, en donde después de varias horas fueron atendidos por el subsecretario de Vivienda, Carlos González, quien aseguran se portó grosero y prepotente.

Vivienda inconclusa

El compromiso fue reiniciar el pasado 8 de junio con la construcción de las viviendas, pero aseguraron que la empresa a cargo solo laboró una semana y se retiró con el argumento de que no le pagaron. Solo se avanzó en cuatro viviendas.

Carlos González ahora argumenta que los beneficiarios “engañaron” a la Sedetus, porque las familias no requieren de las viviendas, pero, dijeron los quejosos, no ha querido dar la cara otra vez y ya no responde ni siquiera los mensajes.

Por esta situación un grupo de personas acudió a Palacio de Gobierno el lunes a solicitar audiencia y manifestarse pacíficamente. Dijeron que ya no quieren tratos con la Sedetus, sino directamente con el gobernador Carlos Joaquín.

Están preocupados de que restan menos de tres meses para que culmine la actual administración estatal y sus casas no han sido entregadas, lo cual se prolongará con el cambio de gobierno.

Denunciaron irregularidades también en el programa derivado de la incapacidad de solución al problema por parte de la propia Sedetus, pues están obligando a las familias a la aportación de recursos de otros programas de los que han sido beneficiados.

Es el caso de la adulta mayor, Magdalena Pacheco, quien pagó sus 27 mil pesos respectivos para el programa “Vivienda Digna”, pero además la obligaron a entregar un recurso de 90 mil pesos a la Sedetus, del programa “Ampliación de Vivienda”.

Autoridades de la dependencia estatal la engañaron diciéndole que ese dinero era para terminar su casa, pero ni con ello su vivienda quedó concluida, aunque se avanzó, no quedó en las condiciones que establece el contrato, es decir, concluida y además con ventanas y puertas.

Indicó que fueron 11 personas a las que se les requirió el dinero de esa misma forma y que incluso, el día que les pagaron el dinero por parte de la Secretaría del Bienestar del programa de Ampliación de Vivienda, personal de la Sedetus los esperó en la puerta del banco para llevarse el dinero una vez que lo sacaron.

Firmaron documentos comprobatorios de la entrega de recursos, comentó que otra vez fue engañada.

Magdalena está preocupada por su vivienda, ya que pagó 27 mil pesos y no le ha sido entregada su casa. Recientemente como consecuencia de un incendio, perdió su casa de palma de guano, en donde vivía con su pareja, y pese a que entregó 90 mil pesos adicionales su casa sigue sin ser concluida.

La necesidad la obligó a pasarse a la casa que no le ha entregado la Sedetus, que asegura está mal construida porque tiene filtraciones de agua por varios lados, sin contar que no tiene instaladas ventanas y puertas.

Ella sobrevive de la venta de masa de nixtamal para tortillas y su esposo es campesino, “no es posible que nos pase esto, mi esposo y yo vivimos solo comiendo frijoles”.

La casa que se les prometió a las familias cuenta con sala, cocina, dos cuartos y baño, se les entregaría en un lapso de seis meses, pero han pasado ya cuatro años.

Vivienda
Magdalena Pacheco. Foto: David Acosta

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