CHETUMAL, QR.- José Jesús Quiñones recorre más de 10 kilómetros diarios en silla de ruedas para ganarse unos pesos que le permitan sobrevivir. Lucha todos los días, ya que no tiene familia.

Don José, de 72 años, vive en la colonia Barrio Bravo de Chetumal. Desde muy temprano sale con su silla de ruedas para buscar su sustento. Puede moverse con muletas, pero solo en distancias cortas.

También te puede interesar: Avalan en Solidaridad proyecto de reformas al Poder Judicial de QR

Chetumal
Diario recorre más 10 kilómetros para juntar $100. Foto: David Acosta.

Su silla tiene adaptado un cajón donde coloca los dulces y chicles que vende: palanquetas, paletas de dedo, Tutsi Pop, paletas con chile y chicles de menta. Para mitigar un poco los rayos del sol, también adaptó una sombrilla de playa. Aunque lleva muchas cosas, en su medio de transporte queda espacio para sus muletas.

Porta una cangurera donde guarda el dinero de sus ventas, su identificación y un celular, de los denominados “cacahuatitos”.

Siempre agradece a quienes le compran algún dulce o le regalan unos cuantos pesos, despidiéndolos con un “Dios le bendiga”.

Don José lleva más de 30 años vendiendo golosinas en Chetumal, actividad que comenzó gracias a la sugerencia de una persona que lo apoyó cuando se dedicaba a la limpieza de patios. Esto ocurrió algunos años después de sufrir un accidente que inmovilizó una de sus piernas.

Hace aproximadamente 35 años trabajaba en la construcción de un supermercado en Cancún. Mientras laboraba como obrero intentó romper una piedra, pero el pico se quebró y le destrozó la pierna. Fue atendido en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde le informaron que era necesario amputar, pero se negó.

Los médicos lograron salvarle la pierna, aunque quedó inmovilizada y afectada por gangrena. La noticia lo sumió en depresión y alcoholismo por varios años, lo que complicó la posibilidad de tramitar una pensión por incapacidad, a pesar de haber cotizado 18 años en el IMSS. Desconoce si aún puede realizar el trámite.

Actualmente puede moverse con muletas, pero el esfuerzo de años ha afectado la pierna que estaba sana. Ahora presenta problemas de circulación e inflamación, principalmente en la rodilla. Ambas piernas tienen una tonalidad gris, están resecas y una es más delgada que la otra.

Chetumal es su familia

Chetumal
Don José no tiene familia, su única compañía es la gente. Foto: David Acosta.

Con lágrimas en los ojos, confiesa que no tiene familia. Es huérfano desde niño y su pareja lo abandonó hace 35 años, cuando supo que no volvería a mover la pierna. No tuvo hijos.

Mi única familia es la gente de Chetumal, que me ha brindado ayuda. No vivo con nadie ni tengo a nadie, pero hay muchas personas en particular que quiero mucho, señaló.

Es originario de Calderitas, vivió en Cancún por mucho tiempo y desde hace 20 años radica en Chetumal. Recorre las colonias Centro, Primera Legislatura y Barrio Bravo, principalmente. Tiene dos puntos de venta semifijos: las afueras del banco Santander en la avenida Álvaro Obregón y la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.

A pesar de desplazarse más de 10 kilómetros diarios y de sortear los problemas de movilidad para personas con discapacidad, solo logra obtener 100 pesos diarios por la venta de dulces. A veces gana un poco más gracias a quienes le regalan dinero, lo que le ayuda a cubrir sus gastos.

Paga mil 100 pesos mensuales de renta por su cuarto, además de 300 pesos de energía eléctrica y 100 de agua. Hace unos días acudió a las oficinas administrativas del Congreso del Estado para pedir ayuda a una licenciada, ya que su silla tiene las llantas desgastadas y requiere unas nuevas.

Quienes deseen ayudar a Don José pueden comunicarse al número 983 332 6637 o ubicarlo en la sucursal Santander de la avenida Obregón o en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús.

Banner Google News


WhatsApp